Ser madre, es uno de los dones más maravilloso que Dios haya podido conceder a una mujer. Desde el momento de la consecion sentimos que nuestro cuerpo cambia y con el la vida, pues ya nos debemos a esos seres pequeños e indefensos y los defendemos y cuidamos como felinas a sus cachorros; es ahí cuando empezamos a entender a nuestras respectivas madres, cada hijo es único y cada uno viene con su propia personalidad y destino; ninguno es igual al otro y por ende son insustituible. Por ello; como madres tratamos de dar lo mejor en cuanto a educación, enseñanza y calidad de vida; cada madre sabe las fortalezas y debilidades; carencias y abundancia de cada uno de nuestros hijos Quien los conoce mejor que mama? Solo Dios. Por eso dale a mami esos cariños y mimos que ella merece hoy, mañana y siempre, todos los días son de madres, regala le siempre una flor; la más económica y veras como la atesora cual si fuera un diamante. sácale esa sonrisa que solo el amor hacia los hijos es capaz